lunes, 3 de marzo de 2014

UNA CERTEZA QUE NO ES TANTA

Vivimos en un país racista. Es así. No hay vuelta de hoja. En la sociedad occidental y en nuestro país, carente de valores, campan a sus anchas las desigualdades y las injusticias: europa subyugada por los bancos y por las políticas de Merkel, una constitución Europea muy débil y que para muchos sólo es un pretexto para hacer negocios, asentamientos chabolistas donde no existe ni luz ni agua corriente y donde niños descalzos juegan en aguas estancadas y pestilentes, personas que se mueren en las salas de espera de los hospitales, millones de personas en el paro y ciudadanos que manifiestan su descontento por una situación que hace aguas, y así podíamos estar hasta mañana, numerando una lista de problemas a los que hay que darles solución. Y por lo que se ve, en todo ésto, los inmigrantes se llevan la peor parte. Esto es un hecho, es así. Negros que pasan interminables horas vendiendo lo que sea en la calle por un plato de comida, gritos racistas a jugadores negros en los estadios, campañas de concienciación por parte de la FiFA porque en su misión pacificadora y altruísta se ven desbordados por las continuas demostraciones racistas y de violencia que se suceden en los estadios sin parar, pelotazos de goma por parte de la Guardia Civil a inmigrantes en la frontera con Ceuta y Melilla,.... A todo esto también se le une algún que otro documental en la televisión en que se relata los abusos que todos: ingleses, franceses, españoles, portugueses, holandeses, etc...y, en definitiva, nosotros, occidente, cometimos en tiempos pretéritos allende los mares en nuestro afán de expansionismo, ávidos de materias primas y de mano de obra barata en forma de tráfico de esclavos. Todo esto es así....¡y gracias a Dios que es así!....¡y que siga siendo así por muchos años y siglos!. Que siga así, que por el bien de la libertad de prensa nos echen, nos echemos, nuestras vergüenzas a la cara, y que por la libertad de enseñanza y consulta observemos con cierto espanto, y con cierto orgullo también, acontecimientos pasados. Y que jamás vivamos en un país donde nunca suceda nada: ni trato de favor entre los políticos, ni robos, ni violaciones, ni exterminio ni sometimiento a otros pueblos, un país donde nadie disiente del poder porque ante todo aman a su país y a sus gobernadores por encima de cualquier cosa, y que cualquier crítica es considerada como injerencia extranjera que lo único que busca es desestabilizarlo, un país en el que tampoco vivan homosexuales, aunque ronde los 100.000.000 de habitantes, .... y en definitiva nada de ésto suceda porque en estos países existen unos valores carentes en el resto del mundo. Y que cualquier forma de vicio o egoísmo es inmediatamnete aplacado por grandes valores que estamos perdiendo en España, y sobre todo en Europa y en los EE.UU.
Sin embargo, nuestra sociedad sí corre el riesgo de convertirse en una sociedad acomplejada por culpa de la sobreinformación en algunos temas, y la carencia de información en otros temas que son fundamentales para formarse un auténtico juicio de valor del mundo que nos rodea, sobre todo de esos países en que la información está tutelado por el estado o por los mismos habitantes y los complejos emanados por culpa de unos valores impuestos.
Se puede dar el caso que lleguemos a un punto en que comencemos a negar las deficiencias y carencias que nos rodean en nombre de lo que sea, como en estos países,  ya fuera en honor a nuestro país  - cuando nos arremeten desde fuera - o a nuestros propios complejos. Se puede correr el grave riesgo de comenzar a vivir en un país donde nunca suceda nada y todas las críticas la veamos como una mera herramienta de desestabilización, también