sábado, 28 de mayo de 2016

El tanatopractor y la experiencia de la "vida"

Los avatares de la vida y de la crisis económica lo fueron llevando de un lugar a otro hasta que laboralmente acabó adecentando y maquillando a los muertos. Antes, toda suerte de trabajos, la mayoría de ellos relacionados con la construcción hasta que el ladrillo dijo basta. Dice estar muy contento, que su trabajo, a pesar de lo que piensa la mayoría de la gente, no le parece nada del otro mundo, que no le causa impresión, ni ve nada truculento en lo que hace. Que saber que tiene un trabajo estable que le permita llegar a casa todos los días y sentirse a gusto con su familia es lo máximo. A él no le causa ninguna impresión ver a un muerto, ni tampoco puede llegar a entender la vena morbosa de muchos que le preguntan por ciertas cuestiones que ni él mismo pensaba. Que ante la falta de experiencia la mente nos juega malas pasadas suponiendo e imaginando cosas que están muy alejadas de la sencilla y simple realidad. Pasa con este asunto y con todo en general. No se sabe muy bien si llevados por múltiples prejuicios, o por mentes ociosas machacadas a diario por las tonterías que nos rodean o por lo que vemos en televisión. Pero lo cierto es que para muchos es más fácil dejarse llevar y repetir la corriente general que vivir, contar sus propias experiencias y dejar en nada las pamplinas y los adornos de esos que nada han vivido. Personas, tendencias, corrientes, que te dicen cómo tienes que sentirte y cómo tienes que responder ante ciertos estímulos o circunstancias. Bocachanclas - como se les llama aquí en Sevilla - que de todo saben pero de nada entienden y que con ese deslenguado nerviosismo que nos rodea ponen todo patas arriba en menos de un segundo en cuanto la fachada altiva que los recubren se deshace en mil pedazos. No son capaces de dejar tranquila ni a la propia muerte en su sencillez y normalidad.

martes, 10 de mayo de 2016

El fango de la desidia

Hay cosas que deberían funcionar de otra manera, así de sencillo y de rotundo. No existe justificación ninguna para que niños, madres y familias enteras se tengan que acostar todas las noches sobre el fango, sobre la tierra encharcada, notando en sus mismos huesos el resultado de la negligente Europa que de momento ni hace ni soluciona. Atrás quedaron los referéndums sobre la constitución europea y el dineral que destinaron en marketing para meternos por las narices la obligación de sentir algo que a CASI todos de momento nos coge muy lejos. Siguen gastando recursos y marketing para hacernos creer algo que no es e intentando buscarle un cuerpo a algo que empezó como un enorme negocio. Bien es cierto que se gano muchísimo en todos los aspectos, a pesar de la visión cicatera y "progresista" de algunos que califican el proyecto europeo como desastroso apoyándose en la calamidad que vive esta pobre gente que viene huyendo de la guerra, pero no puede existir mejor cuerpo y mejor alma para el proyecto europeo que sustituir el fango de la miseria por una fina capa de asfalto, sustituir las cochambrosas tiendas de campaña y los plásticos por unas casetas prefabricadas o de uralita, sustituir la desidia ante la tos de un crío por un hospital de campaña, y devolver la dignidad de esa pobre gente a esos niveles minimos que nunca debieron perder. En la Europa de reuniones, de bancos, de inmensas fortunas es enormemente desolador, repugnante, que verdaderamente no tenga cabida, no tenga prioridad, el lado humano, que no se destine ni esfuerzo ni dinero para mejorar las condiciones de los más desfavorecidos, y que todo recaiga como siempre en la voluntad individual de personas y asociaciones abnegadas que buscan paliar de alguna manera tanto padecimiento. Tanto le supondría a la Union Europea destinar recursos para mejorar la vida de esta gente??!

viernes, 6 de mayo de 2016

Las aficiones, las entradas, la gente

Uno puede llegar a imaginarse - porque entre otras cosas lo ha vivido - a esos niños que visitan a sus abuelos o a sus tíos con la bufanda enroscada al cuello antes de ir al estadio; ese ambiente de ternura y cariño que aplaca cualquier tipo de zozobra, compartiendo la inquietud del partido que se jugará en pocas horas. Porque si hay algo en juego en cada partido son las emociones y las sensaciones de los aficionados: los que sufren, los que gritan, los que enarbolan banderas y bufandas y los que se abrazan con la espontaneidad de la verdad cuando su equipo marca un gol decisivo, sufrido, que cuesta una permanencia, un ascenso o un titulo. Todos los aficionados, los que acompañan a su club, a su equipo, desde siempre, poseen, poseemos, esa memoria fotográfica que nos permite identificar tanto los momentos más sublimes como los más desastrosos, con un momento personal: qué estudiabamos, donde trabajabamos, con quién íbamos, el comentario del fulano tal en el bar, antes de entrar al estadio.
Aficionados . Las personas que verdaderamente sustentan a los clubs en todos los aspectos. Los que hacen que todo esto sea posible. Los que con su acompañamiento y aliento hacen que un club sea verdaderamente grande, tenga identidad, tenga su propia idiosincrasia.
Llevado por la emoción y las sensaciones que me dejó el partido del At.Madrid, abro el periódico del día siguiente y me encuentro con que el organismo oficial de turno se queda nada menos que con la mitad del aforo de un estadio para ochenta mil personas. De repente, la perversa realidad, esa que siempre se encuentra agazapada esperando el momento preciso para saltar, me arreo en todos los morros. Me sacudió de golpe las nobles sensaciones que tiene cualquier afionado que se preste, y que se complace durante el año viendo a los chavales de cantera jugando al fútbol. Senti un asco terrible. Cada vez que intervienen los de arriba en algún asunto, siempre dejan las mismas sensaciones. Por un momento me llegué a imaginar a las dos directivas poniéndose de acuerdo, amenazando incluso con un plante si el organismo de turno no doblaba al menos la cantidad de entradas a sus aficionados. Qué maravilloso sería que sucediera algo así. O que las aficiones presionaran a sus propias directivas para que hicieran lo propia. Que pensaran en todas aquellas personas que con sus sentimientos se van a quedar sin entradas. Que el asiento lo ocupara - si se ocupa - otra persona que lo vivira con unos ojos y unas emociones totalmente diferentes. Qué genial sería que por alguna vez pasara algo de verdad, que naciera algo espontaneo y noble, exigiendo el lugar que verdaderamente se debería ocupar. Cerre el periódico con mi ingenuidad y mi sinsabor. Hasta la próxima.

Pedir disculpas por la falta de acentos en algunas palabras. Escribo desde el móvil y esto sencillamente va como va.

lunes, 4 de abril de 2016

Corrupción, impunidad televisada

Estamos asistiendo a algo insólito. Algo que jamás en la historia de la humanidad, de las sociedades modernas tal y como las conocemos, se ha dado nunca hasta ahora. Uno puede llegar a imaginarse revoluciones sociales enmarcadas en otra época, con la población ajena a lo que se cocia en las altas esferas, alejadas de la información, pero sufriendo gravemente los desmanes en forma de abuso de poder, apropiación indebida, tráfico de influencias de los que gobernaban. Uno puede llegar a imaginar y meterse en el pellejo gracias a los episodios nacionales de Galdós, por ejemplo, a la sociedad madrileña y española de la época, que fue ocupada por el ejército de Napoleón muy ladinamente, y que se movia gracias a los rumores de las calles en su día a día y a la parca información de algunas gacetillas. Pero lo que estamos viviendo a día de hoy es insólito, como decía al principio. Estamos asistiendo en tiempo real, en directo, vía televisión, cómo existen una serie de personas que son inmunes a los tribunales y a ciertas comisiones de "investigación" que organizan los mismos partidos políticos que los amparan, pero que luego hipócritamente siempre están a favor de todo lo bueno y en contra de todo lo malo, en general. Encender la televisión es poner a prueba a día de hoy la dignidad y la decencia y la vergüenza torera de un pueblo, de cualquier individuo que asiste boquiabierto al indignante circo que están montando en el parlamento andaluz esos políticos que escogen el mejor repertorio de actores tragicomicos para sustituir con palabras y postureo lo que no son capaces de hacer con hechos. Lo último ha sido el alcalde de Punta Umbría - en la foto - que se acogia con esa sonrisa y ante las cámaras a su derecho a no declarar ante las preguntas de los partidos políticos, excepto el PDOE que se abstuvo a la hora de hacer preguntas.
- Vengo a comparecer, pero no pienso abrir la boca.
- Tú tranqui que tu partido te apoya, aunque ante las cámaras demuestre cierta ambigüedad, cierto postureo. Pero tranqui que no te va a dejar solo, estas arropado.
- Me acojo a mi derecho a no declarar. Adiós muy buenas, chavales.
- Al final todo bien, no? - Claro..., na. - Ya nos vemos otro día donde siempre, fulano. - Eso está hecho, recuerdos a la familia. - De tu parte.

viernes, 25 de marzo de 2016

El momento de la semana santa: el Cachorro

A lo largo de la semana existen muchos momentos, tantos como personas, sensaciones, sentimientos. Para mí existe un momento sublime, que te reconcilia con las tardes de lluvias, cancelaciones, frío y sillas vacías en Campana, y es cuando el Cachorro enfila por Reyes Católicos, cuando su figura se ve recortada tras un cielo despejado, azul, con el sol de la tarde obsequiandonos con cada minimo detalle que se puede apreciar en su totalidad. Uno de los últimos días que debería anunciar pesar por el fin de la semana se convierte en algo totalmente festivo. Como si nos diera una prórroga, como si todo volviese a empezar de nuevo. Todo el mundo se echa de nuevo a las calles con los mejores vestidos, con los mejores ánimos, como si no pesara nada estos días de cofradías. Capaz de borrar de un plumazo toda la resaca de la Madruga, todo el cansancio acumulado. Una ultima saeta antes de entrar en Campana y el crucificado de Triana que en su momento tallase magistralmente Ruiz Gijón plasmando el gesto agonico del gitano moribundo, se va hasta el año que viene.

jueves, 24 de marzo de 2016

La centuria macarena

La centuria lleva guardando la formación todo el año, demostrando una paciencia y una disciplina prodigiosa. Todos los jueves se presentaban como un clavo en la calle Feria, reclamando el espacio que le pertenece, reclamando territorio macareno, conteniendo la ansiedad que genera la proximidad del jueves santo, la proximidad de la madruga, la proximidad del desfile que reparte alegría, ilusión y venias al señor de Sevilla. Durante todo el año, en un rinconcito de la calle feria ha sido jueves santo, ha sido víspera de madruga. Muchos más días soleados que grises en la espera. Hoy el sol iluminará el jueves santo, nos iluminará el camino, nos obsequiara, nos regalará un día inmejorable para el disfrute, acorde con La Pasión del día. Hoy veremos a la centuria macarena

martes, 22 de marzo de 2016

El lunes Santo, el Museo y las carreritas

Y cayó la mundial. Nos cayó la mundial. Tras sortear como se ha podido durante estos días las inclemencias del tiempo, tras tanto ajuste y reajuste el cielo cayó el Martes sobre las cofradías y la gente que había a esa hora en la calle. Tardes de café, chocolate caliente y torrijas, a salvo también del frío que aparece en cuanto para de llover. Ayer se partió el día por la mitad. Nos dejó un placido atardecer para ver las cofradías. Cuando el cristo del Museo entraba en Campana se asento en la plaza del Duque una agradable sensación a humedad y quietud inmejorable para observar la majestuosa talla que Marcos Cabrera hizo en el siglo XVI. La anatomía de la talla, la expresión, la postura, entró en Campana y con ÉL el Lunes Santo, que medianamente consiguió salvarse en el descuento, como aquel que dice. Me disponía a marcharme, antes de la llegada del palio, cuando me sobresalto de repente un fuerte golpe a mi izquierda, al mirar me encontré con la avalancha de gente que corría despavorida no se sabe muy bien de qué. Desde siempre he visto en Semana Santa peleas, algún que otro borracho que deambulaba por mitad de la cofradía como el que va por su casa, alguno que otro que siempre la liaba, pero la gente JAMÁS salia corriendo llevados por la histeria, antes bien mandaban a callar, se echaban encima del que sea o llamaban a la policía. La Semana Samta la hacemos entre todos, todos somos responsables de alguna manera. A mí por poco me dejaron caer encima de un carrito de niño pequeño y en un arranque de indignación intente aplacar junto con otras personas a los que corrían despavoridos sin saber muy bien de qué. Resultado: niños pequeños llorando, nervios, chavalitas jóvenes que lloraban abrazadas...y todo por nada. Menos carreras y más arrojo hacia los que perturban el orden procesional, hacia los que perturban el saber estar de la inmensa mayoría.

lunes, 21 de marzo de 2016

Los dos primeros dias

Ay, ay, ay. Ay, ay, ay...se ha cumplido finalmente hoy. Ayer, en un escorzo de los acontecimientos, en un giro de las previsiones y cuando se esperaba un día negro en muchos aspectos, se salvo e incluso se mejoró el Domingo de Ramos. Ayer, muchos se pusieron las túnicas con las emociones agarradas al pecho, hicieron el camino a la hermandad con la incertidumbre de un dia puñetero, gris, que de vez en cuando dejaba caer alguna gota que amenazaba arruinar el dia tan esperado, pero como iba diciendo, el día se salvo y hasta mejoró. Esos pequeños desajustes al inicio del día nos permitieron ver a la Borriquita y al Amor compartiendo estación de penitencia. Ha sucedido pocas veces, últimamente más, precisamente por cuestiones meteorológicas, pero ver todo el cortejo desde la intimidad y cercania de una calle estrecha es una de las estampas de nuestra eterna semana santa, siempre trufada de sensaciones y emociones. Desde el contraste de los pequeños nazarenos vestidos de blanco acompañados por sus madres y que risueños reparten caramelitos y estampitas a todo el mundo , hasta la sobriedad, el silencio y la seriedad de los adultos vestidos con antifaz negro y que acompañan al cristo del Amor tallado por Juan de Mesa en el siglo XVII. La espera merece la pena. Uno se siente un privilegiado por unos instantes cuando al mirar hacia arriba se encuentra con la expresión majestuosa, sobrecogedora que en su día realizara el genio imaginero, cuando al mirar hacia arriba ve la mismísima expresion caída de la muerte del hijo de Dios, de un profeta, de una persona, que se va a encontrar con lo inevitable. Hoy, el destino, el tiempo, ha querido que llueva y se han visto las primeras lagrimas de tristeza y frustración. Habrá que posponer la festividad y la salida para el año que viene si el tiempo acompaña. Esta vez toca recogimiento e intimidad. Muy especialistas en esto todas las hermandades y gente comprometida que durante el año recogen el pulso de los más necesitados, de todos aquellos que se acercan pidiendo ayuda y son aliviados de buena parte de esa carga tan pesada que es la necesidad.

sábado, 19 de marzo de 2016

La dulce espera

Cuarenta días llevan esperando. Toda la cuaresma. Sin inmutarse, sin descomponerse lo más mínimo gracias a la calidad del chocolate con el que están hechos. Han soportado a niños acompañados por sus padres que le daban golpecitos al cristal, a curiosos que los señalaban con el dedo mientras cuchicheaban, también a multitud de guiris que llevados por un frenesí de reporteros gráficos frustrados veían en ellos algo insólito, una noticia destacada para enseñar a sus paisanos en el viaje de vuelta. Han visto como se modificaba a contrarreloj el paisaje de la Campana, como colocaban las primeras pilas de sillas y vallas y los primeros faldones en los balcones. Han visto las primeras gotas de lluvia y las primeras ráfagas de viento impertinentes de la primavera. Les han subido y bajado dos veces al día la reja de la confitería en sus propias narices. Algunos de ellos, algunos compañeros, han sido victimas de la glotonería humana sin que su número y compostura sufriera merma alguna. Todo lo han soportado con una estoicidad inconmensurable, que marcará el camino sin ninguna duda a sus hermanos mayores, a los de carne y hueso, cuando comiencen a pasar mañana delante de ellos si el tiempo lo permite. Serán testigos mudos de una nueva semana santa, entre lo solemne y grande que pase ante ellos y el bullicio lleno de vida, conversaciones animadas y correrias infantiles entre los veladores colocados tras ellos. Formarán parte de nuevos recuerdos infantiles en una nueva semana santa. Y siempre estarán ahí para recordarnos que una vez todos fuimos niños.

viernes, 18 de marzo de 2016

Un asuntillo sin importancia: el agua que consumimos todos

Creo, tengo la sensación, que en los próximos años se nos vendrá encima a todos los españoles un problema de tamaño colosal. Y que como siempre, nadie verá venir hasta que sea demasiado tarde y se proponga como solución alguna que otra manifestación y lecturas de manifiesto Por aquí todo se soluciona de la misma manera, saliendo a la calle a dar tres voces y siendo más original que ninguno en los lemas o en las cosas que se dice. Me refiero al asunto del agua. Durante todos estos años, durante todos estos inviernos, ha llovido y nevado hasta aburrir. Hemos enlazado de manera consecutiva un temporal tras otro que nos ha dejado inundaciones y embalses llenos.  Hemos tenido temporadas muy lluviosos que nos han durado hasta bien entrada la primavera y que han roto las estadísticas en cuanto a semana santa o ferias con más precipitaciones. Recuerdo que cuando iba al colegio nos enseñaban que, sobre todo en el sur, teníamos una climatología extrema, es decir, que lo mismo había largas temporadas de lluvias que lo mismo dejaba de llover para dar paso a largas temporadas en las que no caía ni una sola gota. Hace un poco más de veinte años tuvimos restricciones de agua. El agua se cortaba a las seis o a las siete de la tarde, no lo recuerdo bien, y se volvía a dar por la mañana.  Recuerdo que siendo yo un niño se repartían pegatinas por todos los establecimientos, recordándonos lo necesario que era mantener el grifo cerrado para no desperdiciar el agua que no íbamos a utilizar. El tema llegó a ser de gran preocupación. La vida que llevamos - ya sea buena, mala o regular- en nuestra ciudad, rodeado de amigos y conocidos, la llevamos porque tenemos la posibilidad de disfrutar y pagar el agua que sale por los grifos. Damos por supuesto algo que quizás no es tanto: que siempre va haber agua. Durante todos estos años de crecimiento de la población, de crisis política y económica, de trasvase de dinero público a bolsillos privados de manera ilícita y de una infinidad de preocupaciones ya fueran reales o inventadas, me da la sensación que muy poco tiempo y dinero se ha utilizado en adecuar la nueva situación hidrográfica a las nuevas exigencias de una población mucho mayor. Quiero pensar que se ha destinado esfuerzos en adecuar instalaciones y mejorar y superar la capacidad de embalse en nuestro país; sin embargo, en cuanto se lleva unos cuantos meses sin llover en cualquier región de nuestro país, los meteorólogos ya comienzan a rescatar el término de sequía y comienzan a hablar de embalses vacíos o semivacíos. Da la sensación que de nuevo estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, esta vez hidrográficas, y que la única voz de alarma proviene del meteorólogo que tiene que intentar esquematizar en pocos minutos todas las observaciones de su ciencia al final del telediario. Espero que sea una ilusión, que yo esté equivocado....y que no se tire sin llover más de lo necesario.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Sevilla la pequeña, Sevilla la chismosa

Enciendo el televisor y veo con cierta inquietud que la cadena "enrollá" ha mandado a Sevilla un reportero de aspecto muy pintoresco. Está dando la entradilla desde la puerta cerrada de una antigua iglesia. Según parece, uno de los habituales a sus programas, alguien que mantienen en nómina con carácter de interinidad va a celebrar algo. Mis ligeros temores se hacen realidad cuando por fin oigo la primera frase: ....si viviera en Sevilla me acercaría a la iglesia.... Luego, toda una batería de estereotipos y gilipolleces que me dejan enmudecido. Contemplo ese ejercicio "periodístico" y de "debate" y me espanta que esa gente, esa manera de actuar, pueda llegar a tener algún tipo de influencia entre sus asiduos televidentes, que todo lo que digan desde una cuidadosa postura a la hora de sentarse en una silla, desde unas ropas de marca y horas de peluquería adquiera carácter de verdad inamovible y que todo ese proceder y palabras sean tomados como algo culto y con rigor.
Cada vez que alguno de sus interinos organiza algo en Sevilla - ciudad que según parece es una auténtica cantera para este tipo de negocios- utilizan el nombre de la ciudad, secuestran la realidad social de la ciudad, para amoldarla a sus propios intereses y naturaleza. Se oyen continuas frases del tipo ...por Sevilla corre un rumor... Sevilla es muy pequeña....En Sevilla se conoce todo el mundo..., que desvirtúan por completo el carácter y el verdadero tamaño de la ciudad. La reducen con sus palabras al valor infimo de un pueblucho chismoso donde todo el mundo está cortado por el mismo patrón . Es como si pretendieran hacer creer que "Sevilla" funciona y se maneja de la misma manera que ellos con sus negocios de chismorreos y prejuicios. Dan una imagen totalmente irreal y distorsionada de la ciudad y sus habitantes.
Sevilla es muy grande tanto en extensión, como en número de habitantes y, por supuesto, en historia. Se encuentra entre la cuarta o quinta ciudad de España en cuanto a número de habitantes, que suma 700.000, si se le suman los de los pueblos el número se duplicaría. Tiene el casco antiguo más extenso de Europa, superando al de Londres, por toda esa historia de que fue el puerto de indias, cuando lo del imperio, las colonias y todo eso. El pulso de la ciudad, el día a día, no lo marca el chismorreo de turno ni ningún friki televisivo. Y la vida de sus habitantes no gira alrededor de cualquier evento que celebre alguno de estos, que tendrá su círculo de amistades y conocidos, pero que no implica a "Sevilla entera", ni muchisimo menos. Entre
sus infinitos episodios históricos la ciudad fue muy conocida por su imprenta, que a su vez fue precursora de la primera imprenta que se estableció en América, en Ciudad de México, lo que dice mucho de su historia antigua.
Sevilla no es una calle en la que salen las marujas a tender la ropa mientras comentan la última jugada del personaje televisivo de turno como si lo conocieran de toda la vida. Sevilla es muy grande, tanto como las necesidades que la acucian en muchos aspectos. De entre los diez barrios más pobres de España, siete se encuentran en Sevilla, y el barrio más pobre se encuentra precisamente en esta ciudad, por ejemplo. Que todo hay que decirlo. Tal vez sí sea muy pequeño el circulo elitista y perfumado que esta gente suele frecuentar para hacer negocio a base de conocer la vida de unos y otros articulada en personalidades especialistas en egocentrismo y chismorreo. Un negocio muy rentable, que da pingües beneficios, que desplaza la auténtica realidad y que confiere con el barniz de la eminencia a cualquiera que aparece en televisión.

martes, 15 de marzo de 2016

Por encima de la ley

Hoy por hoy, en pleno año 2016, en pleno siglo XXI, trescientos años después de que se iniciara la ilustración y cayera el absolutismo, existen una serie de personas que están literalmente por encima de la ley. Que están por encima de la ley en nuestro propio país, no me refiero al sistema judicial de ciertos países de otras latitudes. Personas que en su momento fueron acusadas formalmente de haber cometido un delito pero que ya están libres de polvo y paja, sin declarar, sin juicio, ni nada que se le parezca. Personas anónimas, es decir, no se las menciona en televisión ni aparecen en telediarios ni llenan portadas de periódicos. Personas que teóricamente no tienen ningún tipo de inmunidad jurídica, ni diplomática, pero que están asesorados y se conocen todos los entresijos legales para que la justicia ni si quiera se les acerque y estén tan blindados como cualquier mandamás de cualquier república bananera. Probablemente, usted mismo haya tenido - o incluso tenga - algún tipo de contacto con este tipo de personas sin saberlo. Quizás se los haya cruzado por la calle, o subido en el mismo autobús, o incluso sean vecinos o vayan al mismo bar de su barrio los Domingos, quién sabe.
Según parece, la macrocausa de los ERE en Andalucía -que es el mayor caso de corrupción política en España y Europa - , debido a su inmensidad, complejidad y al funcionamiento de la justicia en este país nuestro está dando como resultado que muchos de estos delitos comiencen a prescribir y que los acusados en esta trama comiencen a irse de rositas sin responder ante nadie, ante la justicia. Todo esto está sucediendo sin la luz ni el taquígrafo que correspondería a unos hechos tan graves. Abogados presentan recurso correspondiente, y punto. Su cliente queda a salvo de cualquier reclamación ante la justicia. Tales son los casos de dos ayudas concedidas en el 2002, 2003 y 2004 a dos empresarios vinculados al partido hegemónico andaluz y que sumando las dos cantidades ascienden a más de 340.000 euros de dinero público, recaudados a base de impuestos del esfuerzo de la gente en salir adelante, buscarse la vida e intentar mantener una vida medianamente digna. De nada sirvieron los avisos de la jueza Alaya sobre la dimensión y complejidad de lo que se traía entre manos, antes bien le pusieron innumerables trabas y tuvo que soportar presiones miserables por parte de esos círculos que arropan a todos estos delincuentes que le chupan -nos chupan- la sangre a todos de una manera u otra. Porque sólo con el hecho de apoderarse de un dinero público están privando a toda la sociedad de una serie de mejoras que se podrían acometer con ese dinero. Todo esto sucede sin ninguna concentración "espontánea", ni ninguna manifestación masiva a base de pegatinas en el pecho, caceroladas y megáfonos. El funcionamiento de la justicia, sus consecuencias y el entramado de los ERE no aparecen en ningún programa especial de televisión, ni equipos de investigación que valgan, todo se limita al espacio que ocupa la noticia en la página de los periódicos. Sobre el entramado que han ido urdiendo en el nombre de la democracia y del ser andaluz mejor ni mencionarlo. Es más conveniente ahorrar energías para asistir a esas concentraciones políticas, organizadas por el líder de turno al son de la campanita que toque.
Personas anónimas, sin rostro pero con un rostro más duro que el cemento, que probablemente hayan asistido a innumerables manifestaciones a favor y en contra de muchas cosas acompañando a sus compañeros de partido, que hayan celebrado a boca llena el día de Andalucía, el de España y todo lo que se tenga que celebrar, que asistirán dentro de poco y con total tranquilidad a las procesiones de Semana Santa y que no se perderán la feria o una eliminatorio de Champion, Europa League o lo que sea. Unas personas que sienten su tierra, sus tradiciones, sus equipos de fútbol; dando ejemplo de lo que es ser andaluz y español.

miércoles, 9 de marzo de 2016

La igualdad, los polític@s y la palabrería

Semáforos igualitarios. Sustituir parlamento de los diputados por parlamento, a secas. Miembros y miembras. Cantantes y cantantas - que también llegué a oír en una ocasión - . Y la lista sería mucho más larga. Los políticos en este país no escatiman en dinero público ni en clases de oratoria y puestas en escena para dejar bien claro que están en contra de todo lo malo, en general, y a favor de todo lo bueno, también de forma general. No ahorran esfuerzo para enlucir repetidamente la fachada de nuestra sociedad ni para dar sermones morales y éticos desde sus atriles políticos, aunque luego, desde sus propios partidos muestran una ambigüedad asquerosa y perversa para cuestiones de estado que nos afectan directamente a todos los españoles. Son los primeros en hablar de sociedad cuando pasa algún suceso escabroso y muy desagradable, pero son los primeros en olvidarse de la sociedad cuando realmente importa. Llevan bastantes años intentando imponer un modelo de lenguaje y comportamiento como el que ellos utilizan en sus discursos, apoyados por periodistas, personalidades afines, modelos televisivos y una educación amoldada hasta cierto punto por ellos mismos, y parece que están consiguiendo lo que se proponen: reducir al INDIVIDUO a un valor ínfimo de la sociedad para que tenga la necesidad imperiosa de integrarse con una sonrisa y cierto malestar a cualquier grupo, parecer o tendencia aunque no esté de acuerdo; hacerle ver que tener personalidad suficiente para poner en práctica su propio criterio e ir en contra de la corriente que le rodea sólo le traerá confrontación con casi todo el mundo y que no merece la pena, que no se obtiene nada beneficioso. Al igual que en las maneras de los políticos prima el lavado superficial de cara y las apariencias, los asuntos más profundos y con vistas a largo plazo son despreciados sistemáticamente, no sirven para nada. Esta es la tendencia puesta en marcha desde hace mucho tiempo y a la que muchas personas honradas, que pretenden ser felices, estar a gusto consigo mismas y realizarse como personas se tienen que enfrentar con regularidad aun a riesgo de ser etiquetadas como mandan los cánones.
 Hace unos días asesinaron a una mujer en su propio domicilio. Según parece fue su marido, que intentó después quitarse la vida. En una rueda de prensa apareció la política de turno, a la que le dieron un cargo específico para estas cuestiones, vociferando, con la vena del cuello hinchada, intentando culpar a no se sabe muy bien qué o quién sobre lo sucedido: ...la sociedad tiene la obligación... gritaba como si pretendiera cambiar la condición ruin de las personas desde la rueda de prensa. Sus palabras intentaron repartir perversamente cierto grado de culpa entre la sociedad. Como si los políticos y los que "velan" para que todo esto funcione no pudieran hacer nada más, como si estuvieran desbordados. Como si fueran ellos los que tirasen verdaderamente del carro y la sociedad tuviera una marcha menos que ellos. Como si fuera la sociedad la que debería poner de su lado para erradicar de una vez la maldad en el mundo. Como si fuera deudora de la clase política. Mensajes y comportamientos perversos que si son asumidos anulan el criterio propio y toman por inteligente cualquier crítica sistemática y facilona a la propia sociedad, a nosotros mismos. Si quiere usted algo verdaderamente importante búsquese la vida, que aquí no tiene que llamar para nada. ¿No pretenderá encima que papá estado le resuelva la papeleta? Se suele oír también esa frase que algunos pretende pasar por una verdad irrefutable e inteligente. Mucha gente siente que recibir ayudas es algo secundario, que es un añadido, que no es una obligación, que si falta trabajo o es muy precario lo único que hay que hacer es moverse más y punto. Que hay mucho flojo suelto.
Qué terrible. Qué tristeza más grande para todos. Ser político en este país es un auténtico chollo: no asumen responsabilidades ni cuando roban, así que con otras cuestiones.....con culpar implícitamente a la sociedad de los males que deberían paliar ellos es más que suficiente. Lo de la creación y la redistribución del empleo en nuestro país para construir una sociedad más equitativa y que las personas sean verdaderamente independientes  y puedan tener herramientas y recursos suficientes para defenderse contra cualquier imprevisto que surja, ya sea maltrato, familia numerosa mantenida por una pensión o por un trabajo precario y un sin fin de cosas más, lo seguiremos dejando para más adelante.....tras cuarenta años.

lunes, 7 de marzo de 2016

La violinista

A pesar de su empeño por hacerlo bien y de su gesto reconcentrado, por entre las cuerdas de su violín se colaba de vez en cuando alguna nota desafinada. Con la partitura colocada encima de una papelera y la funda del violín en el suelo, ocupaba una esquina discreta de la calle principal. Por ser Domingo por la tarde la mayoría de comercios se encontraban cerrados, y los viandantes se dedicaban a pasear tranquilamente, sin prisas, paladeando el día festivo entre veladores y miradas a los escaparates. Tal vez fuera el ritmo pausado del día lo que hizo que la mujer violinista no pasara inadvertida a los ojos de algunos transeúntes. Acostumbrados a los jóvenes perfeccionistas que congregaban a su alrededor a una variada multitud de curiosos y turistas, algunos con sus móviles inmortalizando el momento, aquella mujer representaba la improvisación absoluta y la falta de destreza a una edad intermedia. A sus cerca de cuarenta años ocupaba una esquina discreta y en su funda había sólo algunas monedas. Se trataba de un tímido paso, de su primer pasito experimental para calibrarse a sí misma y a su música delante de todo aquel que pasara delante de ella.
Un día, de buenas a primeras, comenzó a estudiar música por su cuenta con la ayuda de algunos tutoriales que había encontrado por internet. Estudiaba a toda prisa y a marchas forzadas, como si tuviera la extraña sensación de llegar tarde a algún tipo de encuentro. Para los de su entorno más cercano que creían conocerla se trataba de otra novedad más que dejaría con el paso del tiempo. Lo cierto era que a lo largo de su vida lo había intentando en varias ocasiones de manera furtiva, pero ya fuera por necesidades reales o por diversos fantasmas que habían conseguido alojarse en su cabeza tuvo que desistir en su propósito. Cuando los de su entorno se referían a otra novedad hacían referencia a otros asuntos alejados de la música. Su verdadera pasión e inquietud había conseguido salvaguardarla durante todos esos años de los aguijones de los imbéciles y mezquinos que orbitaban a su alrededor. Y ahora, todo aquello estaba saliendo con la impetuosidad de algo que habia estado encerrado entre cuatro claustrofóbicas paredes, que ha permanecido cautivo, y de repente ha ganado su libertad. Cuenta que estaba extremadamente nerviosa. Que era la primera vez que hacía algo parecido. Que jamás había tenido contacto alguno de cara al público, ni pedido en la calle ni ninguna de estas historias. Que ya tenía pensado de antemano el lugar y el mejor día para hacerlo. Y que sintió mucho miedo instantes antes de ponerse a tocar, que las manos le llegaron a temblar. Decía que tenía que esforzarse al máximo para mantener esa concentración que le permitía tocar con esa técnica tan deficiente, pero que de momento era la que tenía, que era la suya. Y sobre todo decía que era una persona totalmente nueva, renovada, que había ganado en confianza y autoestima desde que tuvo el valor de dejarse llevar por su auténtica pasión. Que se veía tocando en la calle y no se reconocía. Y que las nimiedades que antes la agobiaban dejaron hasta de existir.
Un alemán de pelo canoso y cara rojiza, de entre sesenta y setenta años que hablaba respetablemente el español, se acercó a la violinista acompañado por su mujer. Tras echarle algunas monedas y entablar una breve conversación, con gesto amable y ante la sonrisa cómplice y algo distante de su mujer, tuvo a bien darle algunos consejos. Agarró el instrumento musical, se lo puso en el hombro y comenzó a tocar, alternando con algunas indicaciones que la violinista recibía de muy buen grado y muy sorprendida. La lección musical improvisada duró varios minutos más en la calle semidesértica, tiempo más que suficiente para que la mujer pusiera en práctica aquellos breves consejos ante el gesto risueño de su improvisado profesor, que acompañaba el tono musical con un balanceo de mano y un gesto de cara muy simpáticos. Finalmente, se despidieron los tres muy amistosamente y el jubilado alemán le dio a la chica una tarjetita mientras le indicaba - esta vez sí con gesto bastante más serio - insistentemente con el dedo algo que se podía leer en ella y que era de gran importancia.


sábado, 5 de marzo de 2016

Y Rosa Parks volvió al autobús

A cada parada, el autobús se iba llenando. El insistente rumor de los pasajeros fue desplazando progresivamente al silencio de un autobús semivacío que hasta aquel entonces había realizado casi todo el trayecto como una especie de autobús fantasma. Los asientos se fueron ocupando y el ambiente se tornó más dinámico y alegre. El bip de la máquina al pasar el bonobús se volvió una constante. Mucha gente comenzó a entrar por parejas o grupos, continuando la misma conversación que ya mantenían en la parada, de vuelta del trabajo, de las clases o de cualquier otra parte.
- Sigue adelante que atrás hay un sitio.
- ¿Me deja usted pasar?
Frases que se oían cada vez con mayor insistencia. Muchos ya tenían que empezar a conformarse con hacer el viaje de pie. Entre el barullo de la gente que comenzó a agolparse en la entrada y los que continuaban entrando apareció la figura grande de una mujer de raza negra. Consiguió meter con total suficiencia un enorme carrito de lona verde; como si sus fornidos brazos estuvieran ya acostumbrados a aquel trajín. El ambiente en esos instantes hacía que el interior del autobús fuera un hervidero. Un zumbido constante de gente hablando sin cesar, contestando el móvil, grupos de jóvenes riendo y algún que otro frenazo a destiempo que añadía mas pimienta a la cosa hicieron que el vieja fuera más entretenido que al principio. Uno tenía que fijarse detenidamente en algunas personas para tener la absoluta certeza de que no todo el mundo iba hablando ni montando follón, desde luego. La mujer negra llevaba un pañuelo verde en la cabeza y permanecía de pie, agarrando el carro con fuerza con sus dos grandes manos. Su gesto severo escrutaba fugazmente su alrededor de vez en cuando o bien se perdía al final del autobús, hacia un punto impreciso. De labios carnosos, cara redondeada y mirada algo caída y profunda, también fijaba su atención más allá de los amplios ventanales del autobús, haciendo un paréntesis en su estado de semivigilancia. Con la mirada perdida en el paisaje que se movía ante sus ojos negros, su parpadeo se volvió más pausado. Se encontraba en ese estado ausente al que todos hacemos una visita en momentos puntuales. Quizás estuviera pensando en su familia, en su propia vida aquí en España o quién sabe en qué cosas. Estando así, algo la hizo reaccionar, sacudiéndole de golpe su reconcentración: la mujer que se encontraba sentada justo a su lado se bajaba en la próxima parada y ella ocupó su asiento sin inmutar en nada el gesto, sin mover si quiera lo más mínimo la comisura de sus gruesos labios. Con sus brazos reacomodó el carro y lo puso a su lado. Sentada, con la cabeza inclinada hacia atrás, notando el vaivén del autobús y rodeada por el monótono runrún de la gente le resultó imposible no quedarse dormida. Su respiración se volvió más profunda y pausada. No hay mejor cama que un cuerpo cansado y más tranquilidad que tener la certeza de que nada malo te puede ocurrir. Largos viajes, largas travesías, innumerables fatigas y trabajo de esclavo en un año tan futurista como el 2016 donde, según la filmografía, nos podríamos teletransportar, viajar en el tiempo o desplazarnos en coches voladores, hace que cualquier rincón sea ideal para descansar. Se despertó tras un buen rato, tras muchas paradas. Como sacudida por una especie de resorte biológico que hubiera desarrollado tras innumerables trayectos en la línea de autobuses, se despabiló instantes antes de llegar a su parada, se levantó, agarró el carro con la misma determinación, con el mismo gesto severo, y bajó del autobús.

miércoles, 2 de marzo de 2016

La perversión en el sistema y el silencio que mata

Otra vez ha vuelto a suceder. Ha pasado lo de siempre. Nadie sabe nada. Nadie habla de nada. Y otra vez la soledad de unos padres que tienen que lidiar contra los tribunales y contra los elementos para que se haga justicia, para hacer honor a la memoria de su hijo y para buscar a los perversos malhechores que lo abocaron al suicidio. Por enésima vez nadie se hace responsable de nada. No son los primeros padres que vemos aparecer en televisión transfigurados por el dolor, desesperados por recuperar la dignidad que le arrebataron a sus hijos de la forma más vil y abyecta. En el recuerdo quedará para siempre la soledad de la madre de Sandra Palo, gritando desesperada en la puerta de la cárcel, desencajada de dolor porque ya había cumplido la exigua condena uno de los malhechores que asesinaron a su hija. El continuo peregrinaje de los padres de Marta del Castillo por los lugares donde se supone está el cuerpo de su hija y que a su vez emplazó el único semi-condenado del caso es ya sabido y continúa a día de hoy, con sus consiguientes apariciones televisivas. Casos hay muchos y son muy sangrantes y ponen en evidencia nuestro sistema judicial. Los padres se convierten a tiempo completo en vigías de sus propias causas sin más apoyo que el que puedan tener de sus círculos más cercanos y teniéndose que enfrentar inexplicablemente a ciertos periodistas que pululan por ciertos programas de televisión. No sé qué tendrá esto de la justicia, que en cuanto se habla de reformas de verdad, para que funcione de verdad, en manos de personas verdaderamente honradas que lo único que pretenden es que las cosas funcionen a mejor, todo quisqui se pone a temblar: "antifascistas" , "revolucionarios" , "capitalistas" , y todos esos mismos que pertenecen a partidos que montan puestas en escena y que claman a los cuatro vientos contra todo tipo de injusticias y que son los primeros en abanderar manifestaciones a favor de la igualdad, dignidad, contra el maltrato machista,  contra la violencia machista, guerras y todo lo malo en general. Es indignante el contraste tan grande que existe entre la soledad de la honradez que encarnan los padres con su dolor, y las multitudinarias puestas en escena subvencionadas a base de impuestos. Es perverso, aberrante, vil e hipócrita ver cómo el politiquillo de turno agita la campana que indica a todos que ha llegado la hora de manifestarse a favor de todo lo bueno y en contra de todo lo malo, pero que se opone o pospone para más adelante la reforma de la justicia y del código penal. Cientos, miles, centenares de miles de personas se echan a la calle al son de la campanita en plena era del "librepensamiento" y el acceso a la información, con sus globitos, pegatinas en el pecho, cánticos y otras gilipolleces con la única intención de hacerse oír y clamar contra la injusticia que toque ese día y para demostrar ante las cámaras de televisión, ante los amigotes, ante los vecinos y ante cualquiera que son guais del paraguai y que batallan contra cualquier injusticia que se les ponga por delante. Es indignante, vomitivo, repugnante y asqueroso ver todo ese teatro, todos esos perfumes, todo ese lavado de cara, todo ese acompañamiento y contrastarlo con la soledad de la causa tan noble que encarnan esos padres. Y es que estos padres ponen en evidencia sin pretenderlo a todo el sistema político en general y se convierten en una verdad incómoda para todos esos montadores profesionales del teatrillo.           
Se ha suicidado un chiquillo, un niño de 11 años y en las imágenes se ven compañeros de patio asistiendo a clase acompañados por sus padres como si nada hubiera sucedido.  Periodistas y tertulianos se preguntan en directo que cómo es posible que un niño con esa edad se llegue a suicidar. Hay imágenes que hablan por sí solas y esa aparente indiferencia en la puerta de entrada al centro son de las que lo dicen todo. Me cuesta mucho trabajo imaginar que en la intimidad del hogar ningún padre le pregunte a su hijo por lo sucedido o que ningún chiquillo le cuente a sus padres algún episodio aberrante que haya presenciado u oído por boca de otros y que pueden llegar a trastornar una mente infantil. Todo lo que están viviendo estos chiquillos, los alumnos del centro, les puede causar en realidad un serio trastorno. El tan socorrido "tú cállate y ve a lo tuyo" desde la voz autoritaria de un adulto ante lo que un crío percibe como injusto puede llegar a ser demoledor a largo plazo. Esa actitud cobarde con tal de salir indemne y tirar para adelante es muy perjudicial, mata de golpe el lado infantil, valiente y noble que tienen todos los críos. Esa respuesta ante algo tan injusto marcará a muchos críos para siempre y hará que su comportamiento quede condicionado para mal en una edad adulta.
Cuenta el padre en el plató de televisión que el hijo salió aquel día del colegio con la cara pálida, aterrado, pidiendo alejarse del colegio a toda prisa. Relata con entereza pero con un fuerte ramalazo a dolor en el rostro todas las vicisitudes en los días previos al suicidio. Que fue su mujer la que lo llamó por teléfono y se lo dijo, que él ya no estaba en casa porque se levantaba muy temprano para ir a trabajar. Y que su hijo había dejado una carta en la que decía que ya no aguantaba ir al colegio y que era la única forma de no ir. Pues bien, el juez ha archivado la causa porque según parece no existen indicios suficientes de que Diego sufriese acoso escolar. Pues nada, asunto concluido, finalizado. Mientras tanto las cosas continúan su transcurso natural en el centro. Su normalidad, que es de lo que se trata. Una siniestra y perversa normalidad que no la quisiera en absoluto para mí. Una siniestra y perversa normalidad en las instituciones escolares y políticas, que cada vez que sucede algo semejante son los primeros en escurrir el bulto y no aparecer en televisión. Ninguna proclama, ni manifestación masiva, ni muestras de apoyo a los padres destrozados, ni nada de nada. Solos, más solos que la una los ha dejado este sistema perverso que nos "gobierna" y nos rodea. Desde luego, no me gustaría estar en el pellejo de los cómplices que actúan o callan con una muerte a sus espaldas. Ni en el pellejo de esos negligentes que no hacen ni exigen que se haga lo debido para esclarecer lo sucedido.

martes, 1 de marzo de 2016

El día de Andalucía, la pastelada de siempre

Eso es lo que ha sido por enésimo año consecutivo el día de Andalucía, la pastelada padre. Un poco jarto , pero jarto de verdad, hasta el hartazgo, como diría aquél, de que todos los años utilicen la entrega de medallas de Andalucía en el Maestranza para recordarnos continuamente la suerte que tenemos de ser andaluces, de tener una democracia y de tener una autonomía. De oír frases y versos grandilocuentes sobre Andalucía y lo buenos, pluralistas y alegres que somos los andaluces. Por cierto, muy bonitos los versos de Sabina, la verdad. Oírlos con su característica voz rota hizo que resaltara más aún la intensidad del momento. Entre tanto, cada uno fue a lo suyo. Y me refiero a los políticos, que aprovechando el foco mediático del día no se cortaron a la hora de lanzar mensajes políticos. El líder de IU organizó una marcha en Córdoba que estaba más cerca de un acto promocional de su partido que del día de Andalucía. A la cabecera de la manifestación iba una pancarta con el lema: Andalucía en pie de igualdad. Y entre la concurrencia se veía claramente banderas comunistas, de IU y otras que sustituían la bandera andaluza por una con una estrella en la franja horizontal blanca. Supongo que también habría alguna bandera andaluza, pero yo no las vi. De paso, el líder de IU tuvo a bien modificar la letra del himno andaluz por uno más reivindicativo, por uno del cambio, quizás: "Andaluces, levantaos contra el capitalismo, contra las oligarquías y contra quienes nos saquean", mutilando también de paso la letra que escribió  Blas Infante, que a todo esto es el padre de la patria andaluza, aunque en las escuela y en la mayoría de sitios sólo se le conozca de pasada y muy pocos conozcan su obra y su testimonio sobre los tiempos convulsos de la preguerra civil. En su obra el Ideal Andaluz aborrece a la clase política de la época a los que tilda de histriónicos, y cuenta de primerísima mano las penurias y las miserias en que vivían los jornaleros andaluces. Personas, hombres, tostados por el sol, famélicos, que por supuesto no entendían de horarios y que pasaban hambre de verdad, necesidad de verdad. Aporta su visión estremecedora de la vida de los jornaleros y la lucha que tuvo que entablar contra el caciquismo imperante. Todo esto, que debería ser lectura obligada en centros de enseñanza se sustituye en estos días por las mismas pasteladas y puestas en escena de siempre. La mínima referencia que se tiene sobre la patria andaluza y Blas Infante siempre viene, y muy ligeramente, en estos días. Y todo esto ha hecho con el paso del tiempo que la festividad se fuera diluyendo cada vez más hasta terminar en un día festivo como otro cualquiera.
Susana Díaz no dejó escapar la ocasión de clamar a favor de las diputaciones y de otras cosas más mientras entregaba en una ceremonia solemne las medallas de Andalucía. Todos los años se tienen que oír discursos que evocan tiempos pasados, episodios que nos llevaron hasta nuestros días a tener el sistema imperfecto que tenemos y que se debería estudiar en los colegios para que cada uno tuviera conocimiento y juicio propio sin que ningún político ni personalidad intentara encarnar el papel de abuelita entrañable y cándida contadora de historias inimaginables. Hace unos años, Antonio Banderas realizó un sentido discurso al ser nombrado hijo predilecto de Andalucía. Relató el asesinato del joven Caparrós en la manifestación multitudinario del 4D. Habló de unos episodios que según él mismo contó vivió en primera persona. Y en las palabras que dedicó a los oyentes y a los andaluces expresó la necesidad de recuperar el espíritu reivindicativo de aquellos días. Han pasado ya cuarenta años y no recuerdo ni un solo discurso directo a los que mandan en Andalucía y que son los únicos responsables de que esta comunidad autónoma lidere los niveles de desempleo y emigración ya no sólo a nivel nacional sino también a nivel europeo. Antes bien, se le da a los discursos amplias vueltas, tirabuzones y piruetas para, parece, evitar mencionar a los que mandan desde siempre en Andalucía y continuar rememorando tan rentablemente la época del blanco y negro. En su momento muchos vieron en la política la ocasión propicia para hacer negocio y en eso están todavía. Mientras algunos tienen que dejar a sus familias para ganarse la vida o partirse la espalda por unos euros, estos, los que mandan, los de siempre, los que ponen medallas y los que no las ponen, los de siempre, se permiten hasta el lujo de decirnos cómo debemos sentirnos y de cómo tenemos que vivir estos días tan felices para todos los andaluces y andaluzas - que aquí tampoco se discrimina ningún género, faltaría más- mientras montan puestas en escena parapetados en los sentimientos de todos los andaluces y nos recuerdan implícitamente que tenemos que estar agradecidos por lo que tenemos, y punto. No hay vuelta de hoja. Y el que no lo vea así es sencillamente un ingrato, un necio, un desagradecido o yo qué sé cuántas cosas más. Pronto vendrán todas las fiestas primaverales y tantos ellos como los de su entorno la vivirán al máximo como buenos andaluces que son. Y a ver quién es el ingrato que no brinda con ellos por su particular dolce vita.

sábado, 27 de febrero de 2016

Mubutu, Muhammad Ali y los derechos de la gente

Mubutu llega al poder en la República del Congo en 1965, justo un año después de que entrara en vigor en los EEUU la ley de Derechos Civiles, y dos o tres años después desde que James Meredith asistiera a la universidad de Missisipi entre grandes disturbios y que obligó a la administración Kennedy al envío de tropas federales para asegurar, imponer o garantizar que se cumpliera la ley. Fueron años muy tensos en los EEUU, llenos de luchas, odios, miedos y muertes, como la del mismo Luther King. La sociedad se encontraba muy dividida y polarizada. A esto también se le unió el asunto de la guerra de Vietnam y la guerra fría con los soviéticos. Mirándolo con la perspectiva que da el tiempo podría decirse coloquialmente que aquel gobierno estaba desbordado por los acontecimientos. En la película Forrest Gump aparece de pasada uno de estos episodios cuando en la universidad de Alabama - donde el genial Tom Hanks jugaba al fútbol americano - el gobernador George Wallace bloqueó la puerta de entrada para impedir el acceso a Vivian Malone y James Hood, hasta que requerido por las fuerzas federales no tuvo más remedio que acceder. Mientras en la película se oye la voz en off  del gobernador hablando de "...un militarismo dictatorial...", Forrest se salta el cordón policial para acercarle a Vivian Malone el cuadernillo que se le había caído al suelo. No sería nada aventurado exponer aquí que la inmensa mayoría de los habitantes de raza negra aborrecían la sociedad racista que les había tocado en suerte y a la clase política, porque si el gobierno central mandó tropas federales al sur para garantizar sus derechos, lo cierta era que en el norte no vivían mucho mejor, recluidos la mayoría de las veces en guetos y como único medio de subsistencia cualquier trabajo precario. Hoy día, para algunos con ideas políticas renovadoras y revolucionarias estos episodios bastan para resumir la historia de los estados unidos y su desaforado, despiadado e incontrolado capitalismo que se lleva por delante al primero que pilla. Y cualquier noticia que llegue de allí sobre condenas injustas o abusos policiales sólo hace ratificarles en su verdad suprema. Por supuesto, fieles con el tipo de cultura e historia que practican de cortar y pegar no hacen referencia alguna sobre el destino y vida de los obreros y trabajadores en esos países mandados teóricamente por el proletariado.
Como iba diciendo al principio, Mubutu llegó al poder en el Congo en 1965. Lo hizo tras un golpe de estado y estaría mandando en el país hasta 1997. Como buen dictador que era manejaba el cinismo y el enredo como el mejor y durante un tiempo pareció que hablaba por boca de todos los negros del mundo. Nacionalizó propiedades extranjeras y privadas y con el tiempo expulsó del país a los inversores extranjeros. Todo era para el pueblo que tanto había sufrido en manos de la avaricia colonial y occidental que había llevado a su país a pasar necesidad y siempre había tratado a los negros como esclavos y gente despreciable. En medio de todo esto organizó para la guinda de su propia tarta el combate de boxeo entre Muhammad Ali y Foreman en 1974. Por todos conocido, Alí se enfrentó muy honradamente al gobierno de los estados unidos por lo que él creía, exponiéndose a la toma de sus propias decisiones, sin involucrar ni meter en líos a nadie más: se negó ir a Vietnam y le quitaron los títulos y la licencia para boxear. Involucrado en el movimiento por los derechos civiles fue seguidor de Malcom X y renegó de su anterior nombre porque él mismo decía que perteneció a sus antepasados esclavos. Mubutu le caía bien y valoraba mucho que hubiera sido el encargado de organizar el combate. Y Alí fue recibido en el Congo desde el principio como un auténtico héroe nacional que encarnaba los valores del deportista y que era contestatario hasta sus consecuencias con los poderes que oprimían a la gente de raza negra. Hay una escena en la película Alí, protagonizada por Will Smith, en la que su mujer le recrimina en la habitación de un hotel que no se hubiera llevado al Congo su propio comida. Su marido le contesta que no hacía falta llevarse comida, que la que había allí estaba buena, que Mubutu se la comía . "Mubutu cuida de Mubutu" . Le responde su mujer en un tono que deja entrever que sus sentidos no estaban tan obstruidos como los del boxeador.
Desde que Mubutu comenzó su lucha se fue enriqueciendo cada vez más a la vez que el país se empobrecía cada vez más también.. Se mandó construir un palacio y al lado un pequeño aeropuerto. Compró propiedades y tierras en Bélgica. Y llevaba una vida a todo tren, repleta de lujos, fruto de chuparle la sangre a los mismos que decía defender y por los que luchaba. Todos los que dicen luchar por la gente terminan enriqueciéndose y ocupando lugares de poder. Palabrería, demagogia y personalidades que se ponen del lado de las ideas aunque no vivan bajo sus dominios.

miércoles, 24 de febrero de 2016

23 - F

Tal día como el de ayer de hace treinta y cinco años irrumpieron las pistolas en el parlamento. De repente fue sustituida la voz del pueblo, de la gente,  por las ráfagas de ametralladoras y disparos intimidatorios al aire. Cada vez que veo las imágenes por la televisión no se me ocurre nada que lo supere en grado de obscenidad: el órgano que representa el diálogo, la variedad de voces, ideas y pareceres, secuestrado de un plumazo por la imposición de la fuerza de las armas. Durante muchas horas el país estuvo secuestrado, en vilo. Todo el mundo pegado a los transistores y comentando, helados de miedo. Sin conocer qué pasaría. Si de repente España volvería de nuevo a una dictadura militar. Si de repente todos los derechos fundamentales de las personas se verían otra vez reducidos a la nada y serían silenciadas y reprimidas las voces discordantes. Muchas personas pegadas a la política optaron por pirarse a Portugal o a Francia, temiendo que una bota militar pateara la puerta de sus viviendas y se los llevaran detenidos porque sí. Nadie sabía lo que iba a pasar, y podía pasar cualquier cosa. La gente normal, de la calle, la que trabajaba para sacar una familia adelante y ser feliz, la que no tenía dónde cobijarse más allá de su entorno y sus amigos, recuerda exactamente dónde estaban y qué estaban haciendo, y no es para menos desde luego. Recuerdo el testimonio de una persona que no se había puesto mala en su vida, pero que aquel mismo día entró en una farmacia aquejada de un espantoso dolor de muelas. Al dar los buenos días a una concurrida clientela, todos le chistaron al unísono. Todos los allí presentes estaban apretujados alrededor de un transistor - boticario incluido - del que salía una voz distorsionada.
- Que han dado un golpe de estado. - Le aclaró en voz baja un hombre de su misma edad, dirigiéndose a él con cara de espanto.
Inmediatamente una llamada telefónica a casa desde una cabina.
- Cuando pueda iré para casa, no te preocupes que estoy bien. Aunque por la calle no se ve nada raro de momento, tú no vayas a salir....

No suelo ver mucho la televisión, pero me dio la sensación que el día de ayer no sirvió para recordar como es debido aquellos acontecimientos que por poco dieron al traste con nuestro sistema imperfecto de libertades. El telediario de las tres lo vi algo empezado, pero de ahí hasta el final el tiempo lo llenaron con las noticias típicas de un día ordinario. El periódico generalista que vi tenía sólo una ligera reseña en una de las esquinas de la portada. No sé si en las escuelas se dará el asunto como es debido, tanto el golpe de estado como los episodios de la transición y todas las personas que la hicieron posible, incluyendo párrocos anónimos, personalidades del clero y militares reformistas. Pero tengo la sensación de que un tema histórico tan importante se va diluyendo progresivamente en el tiempo con la complicidad de las instituciones que deberían velar para que eso no sucediera. Y que todo se limita al empuje de algún artículo, documental esporádico en la televisión y comentarios sin importancia a través de twitter o de cualquier otro medio. Creo, sencillamente, que se le da el mismo trato que a otros temas relacionados con la cultura y la historia.
Se corre el peligro que gracias a la ignorancia y al olvido lleguen algunos liantes profesionales y rellenen esos huecos a su antojo para que germine la estupidez suprema, que también está pasando. Que intenten utilizar la ignorancia de su público potencial para dar por bueno el primer cuento chino que se les pase por la cabeza. Y que, en el caso de la intentona golpista, intenten utilizar la falta de testimonios de esas personas clave que estuvieron en la primera línea de los acontecimientos para amoldar la historia a sus intereses e idiologías renovadoras. Que sustituyan esa falta de testimonios por insinuaciones, tergiversaciones o inventos, utilizando la historia como otro medio más para alcanzar sus fines y demostrando cuáles son sus intenciones para con la cultura, y demostrando de paso qué entienden por objetividad histórica. A día de hoy sigue sin conocerse nada más sobre el golpe de estado del 23- F.

lunes, 22 de febrero de 2016

Las patatas fritas

Coger las patatas del saco. Coger un plato y llenar con agua una fuente pequeña o un cacharro de plástico. Raspar las patatas para quitarle la tierra en el caso de que tuvieran. Ir echando la piel en el plato para no ensuciar nada y los trozos ya pelados y cortados en el cacharro con agua. Dejarlas en remojo. Enchufar la freidora. Esperar a que el aceite esté caliente. Antes de echarlas a freír es conveniente pasarlas otro poquito bajo el grifo. Cuando estén ya fritas sacarlas del aceite. No olvidarse de la sal.
Todo este procedimiento no puede ser más sencillo. Puede que sea junto con el arte de freír un huevo la receta más simple que se puede hacer entre cuatro fogones. Sin embargo, existe algo que marca la diferencia en todo el proceso que se escapa a cualquier explicación o apunte: por qué unas manos son capaces de hacer que las patatas salgan crujientes, livianas, casi como si estuvieran huecas, que al comerlas prácticamente se deshagan en la boca y que hagan las delicias de mayores y sobre todo de los más pequeños, y por qué el otro par de manos siempre hace las patatas más pochas, sosas, alejadas desde luego de ese sabor irresistible que hace que no quede ninguna patata en la fuente. Por mucho que se mire, por mucho que se esfuerce o se tome en consideración cualquier detalle a modificar que hace sonreír a las manos más experimentadas, resulta imposible si quiera igualar el resultado. El enigmático misterio de las patatas fritas sigue sin tener explicación y se resiste a cualquier análisis objetivo. Da igual que se extienda en el plato un papel absorbente para que suelten  el agua antes de echarlas en la freidora. Da igual que se le eche la sal antes o después. Todo resulta infructuoso. Salen como salen.
- Ya está, y no tiene más. - Es la sentencia tras las mismas preguntas sin respuesta. Es la voz experimentada echando las papas en la freidora con una medio sonrisa ante la mirada enigmática del que pretende emularla sin conseguirlo. Sólo queda esperar una vez más. El frustrado se queda un buen rato observando cómo bulle el aceite. Al instante también asoma una sonrisa en su cara. Todo esto le resulta absurdo. No tiene sentido. Tiene la intuición de que a veces todo se trata de afinidades, energías y cosas de ese tipo. Que esas manos experimentadas llevan friendo papas con la misma pausa de siempre a los mismos de siempre: los que la esperan a ella en la mesa con una sonrisa. Que tras toda la vida cocinando es como si entendiera los alimentos y lo que hace falta para cocinarlos, sin más. Que sencillamente lo que él busca no se encuentra en ningún recetario ni consejo, sino en las cosas de la vida.
Efectivamente. Al sacar las papas tienen el mismo aspecto de siempre. Al frustrado se le pasó por la cabeza agarrar el escurridor de la freidora y sacarlas él mismo, pero no se atrevió. Por un instante tuvo la ocurrencia absurda de pensar que si lo hacía, si se atrevía a tocar si quiera el escurridor, las papas saldrían pochas y sosas, como siempre le salían a él. Así que prefirió no hacerlo y esperó con cierta expectación antes de ver el dorado tan saludable y apetecible que presentaban las patatas, una vez más, desde siempre. En la mesa esperaban los mismo de siempre, desde siempre, con una sonrisa.

viernes, 19 de febrero de 2016

Tiempos de vaho

Lo bueno dura poco. Lo bello es efímero y delicado, al menos eso dicen y escriben algunos. No me gustan mucho las cursilerías. La verdad es que de repente ha llegado el frío, el invierno de verdad. Con ese aire gélido que hiela todo lo que toca y empaña los cristales sin preguntar. Ha llegado y ha arrasado todo lo que ha pillado de por medio. Y ya no digamos esa belleza delicada de la planta. Las cosas cambian, quizás no tanto como para alterar el verdadero orden natural de las cosas, de la naturaleza. Quizás no tanto como para alterar la verdad inamovible de que todo lo que nace tiene que morir. Que las estaciones se continuarán repitiendo cíclicamente y nos tendrá como protagonistas transitorios. Que llega el frío reposado, de restregones en las manos, mantas en la cama y vahos mañaneros. Y que llega con sus apetecibles calditos de puchero, verduras y frutas ricas en vitamina C. Empeñarse en vivir en otro tiempo es absurdo además de contranatural. Toca lo que toca porque todo tiene su tiempo y su derecho a vivir y a marchitarse. Y nosotros con ellos. Y si es con buena compañía y al calor de la estufita mucho mejor.

viernes, 12 de febrero de 2016

La flor de Pascua

Ahí estaba la maceta tras haber transcurrido un par de meses desde que se la regalaron, allá por la víspera de navidad. Durante todo este tiempo había permanecido en el balcón, con sus días y sus noches. Días y noches de invierno. Pero la planta parecía que ni se había enterado del asunto. Días de paraguas y bufandas, aunque ahora que lo pensaba, mientras observaba las hojas con satisfacción, la mayoría de los días había llevado la bufanda sin enroscar en el cuello al salir a hacer la compra, y por las noches se tapaba con lo justo. Tenía que hacer memoria para recordar el último invierno que puso dos mantas en la cama. Había amanecido un día de estos tontos en lo meteorológico, con ráfagas de viento, nublado y algo de llovizna, pero más viento y ruido de persianas en los balcones que otra cosa. Estábamos a mediados de febrero y todavía resaltaba el precioso color rojizo de sus hojas.
- Qué bonita está la maseta, niña!!. - Se encontró con su vecina y amiga de toda la vida en el salón.
-Has visto?!. Chiquilla, he bajao la persiana un poquito que fíjate que día se ha puesto....
Estando en el balcón había oído el timbre de la puerta y que su hija hablaba con alguien mientras le hacía pasar. Supuso que sería su amiga. En ocasiones, algunas tardes, solían hacerse visitas mutuas y se contaban sus cosas mientras tomaban a lo mejor un poquito de café. Se contaban sus preocupaciones, inquietudes, las cosas que le pasaban a sus hijos, comentaban a lo mejor cualquier programa de televisión, alguna novela que siguieran, en fin, que sencillamente pasaban el tiempo juntas. Las dos permanecieron de pie, inmóviles y mudas durante un ratito mientras observaban cómo el viento sacudía ligeramente las hojas rojizas. La flor de Pascua, la que no soportaba el frío, los vientos, la falta de luz o el exceso de agua estaba viendo pasar el invierno desde el balcón sin inmutarse. La vecina la miraba con cierta envidia y pensaba en lo bien que le vendría a su balcón. Y es que a la mujer le gustaban mucho las macetas. Siempre andaba trajinando con tiestos, colocándolas aquí y allí, regándolas, trasplantándolas. Tenía convertido el balcón en su particular laboratorio de plantas.
- Pero te está durando mucho, no?!.
- Sí, fíjate. Casi siempre las he tenío en el salón, aquí dentro, pero ésa la saqué y fíjate...nunca me habían durao tanto.
Que en estos años los inviernos ya no eran tan inviernos era tan llamativo como el aspecto que presentaba las hojas de la planta. Era como si  estuviera lanzando un mensaje de alerta preciosista que nos indicara claramente que era el clima y no otra cosa el que permitía que todavía luciera tan lozana en el balcón.
Las dos vecinas y amigas se sumergieron en otra tarde agradable de confidencias mientras los nubarrones se cernían sobre la ciudad.


sábado, 6 de febrero de 2016

Buscando algo

Cuenta la mujer que desde que hicieron la película sobre dragones, princesas y mazmorras las visitas se multiplicaron. Que era incesante el continuo chorreo de visitantes que entraba en aquella modesta iglesia de pueblo. Que los veía entrar con gestos de asombro, atónitos, con la boca abierta, escudriñando al milímetro cada detalle insignificante de la piedra, del suelo o de cualquier otra cosa. Que los que entraban allí apenas hablaban entre ellos o si lo hacían era de forma muy discreta y al oído, como no queriendo adulterar el momento de solemnidad que significaba para ellos entrar en un lugar tan histórico. Y que siempre le hacían las mismas preguntas sobre el lugar basándose en la película y en el best-seller que traían bajo el brazo. Y que ella siempre respondía con una sonrisa, encogiéndose de hombros o diciendo que eso verdaderamente nunca pasó allí y que hasta donde ella sabía aquel lugar nunca había tenido relación con nada de lo que sale en la película. A lo que se tenía que enfrentar con sonrisitas y miradas de suspicacia, como si ella fuera parte de esa confabulación a nivel mundial para ocultar la verdad verdadera, la buena del todo, al resto de la humanidad. Pero que esa inclinación a la suspicacia y al casi desprecio, en algunas ocasiones se volvía sublime cuando bajaban a la cripta con los ejemplares pegados al pecho, con las expresiones demudadas por la emoción y se encontraban con algo totalmente opuesto a lo que habían leído en el best-seller o visto en la película. Que dónde estaba el altar, que en qué lugar estaba el botón oculto, que si lo habían ocultado todo mucho mejor para que la próxima vez no fuera tan fácil hallar no se sabía muy bien qué cosa...Y la mujer volvía a responder que allí abajo jamás había habido nunca ningún botón, ni altar, ni nada que se le pareciese, que siempre había estado todo tal y como lo veían. A lo que contestaban con alguna referencia al libro, en la página tal y en el renglón tal....Finalmente, antes de salir de la cripta muchos preferían seguir pensando que aquella mujer estaba allí para hacerles desistir ya no sólo de su propia búsqueda sino también para arrebatarles cualquier tipo de esperanza. Que estaba del lado de esa gente que pretende esconder al resto de la humanidad la auténtica revelación que hará que sus vidas vayan a mejor.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Google

Google lleva trabajando desde hace algún tiempo en una serie de proyectos innovadores. La noticia de alguno de ellos, como por ejemplo el coche inteligente sin conductor o las Google Glass nos ha llegado a través de publicaciones o informativos Pero también existen otro tipo de proyectos de mayor complejidad en lo tecnológico y de mayor envergadura, como por ejemplo la conexión a internet a través de globos o drones que pretende conectar a millones de personas en el continente africano, o la incursión en el campo de la biotecnología y que pretende crear nuevos anticuerpos en nuestro organismo para atacar enfermedades en una técnica que han denominado como "reprogramación celular". También la revista Time llegó a anunciar en 2011 que la compañía tiene entre sus proyectos la de un ascensor espacial. Y sería tal y como suena, un ascensor que nos llevará directamente al espacio.
Larry Page y Sergüei Brin fundaron Google el 4 de septiembre de 1998 y estrenaron su motor de búsqueda unos días después, el 27 del mismo mes. En poco tiempo superó al otro motor de búsqueda más popular de la época, el AltaVista, que fue creado en 1995 y que tenía su sede en California. Lo que comenzó como un proyecto universitario (parecido a Facebook) continúa a día de hoy con sus continuos proyectos y reinvenciones.
Pero qué sucede para que un pequeño proyecto universitario se convierta en una gran compañía puntera? Por qué son siempre los mismos países los que están al frente de las innovaciones y marcan el ritmo a los restantes? Para responder a esta pregunta tendríamos que hacer un poquito de historia general, y saber objetivamente que las cosas no suceden por mera casualidad o porque caigan del cielo o porque "esta gente sencillamente son así", sino saber que son el resultado del funcionamiento interno de las instituciones del país.    
Antes de montar una empresa, por ejemplo, tendremos que tener la certeza absoluta de que el estado en cuestión la respetará y no la "nacionalizará" o nos la expropiará. Que sea un país que respete ante todo nuestras propiedades. También depende de la facilidad que nos darán las instituciones y la burocracia para montarla. En España se tarda 28 días y se encuentra en la posición 44 entre los 185 países que forman el ranking mundial de los estados que ofrecen mayores facilidades para hacer negocio. Es importante también el acceso y las condiciones que harán posible la financiación inicial, y que estará estrechamente relacionado con el punto anterior. Y existe un punto importantísimo y opaco en toda empresa, que se trata de que a la hora de registrar una patente el estado nos deje libremente explotarla y que permita que exista lo que se llama como "destrucción creativa", es decir, que no nos pongan trabas o impedimentos de algún tipo a la hora de desbancar a lo hegemónico porque ésta tenga una mayor parcela de poder en un estado carente de equilibrio político. Dicho coloquialmente, que sea un país donde se permita sustituir lo viejo por lo nuevo. Esto que parece un proceso simple o de sentido común no lo es tanto, y más si lo nuevo amenaza con hundir grandes fortunas y parcelas de poder. Imaginemos por ejemplo que los dueños de Google hubieran adquirido la preparación y la perspicacia necesarias para realizar su proyecto en un país absolutista. Y que AltaVista hubiera sido propiedad del dictador de turno y de los jerarcas que lo sustentan en el poder y que se enriquecen con su explotación. O que los dueños de AltaVista hubieran alcanzado tanto poder dentro de un sistema parlamentario que hubieran provocado un desequilibrio de poder dentro de las instituciones. O que la mayoría de la población trabajase en AltaVista y al mandamás de turno no le interesara dejar a toda esa gente sin trabajo temiendo grandes disturbios que pudiera provocar su futuro derrocamiento del poder. Ni que decir tiene que el proyecto de Google no hubiera tenido futuro en ninguna de estas condiciones.
En Inglaterra los grandes terratenientes se opusieron a la revolución industrial porque vieron cómo los nuevos comerciantes perjudicaban sus privilegios comerciales, aparte de tener que subirles el sueldo a sus propios trabajadores y ver cómo se le reducían las rentas. Pero no solo la aristocracia se opuso; los artesanos, que veían cómo sus habilidades manuales estaban siendo sustituidas por las máquinas organizaron disturbios, destruyeron máquinas y quemaron fábricas. Eran los luditas. A John Kay, el inglés que mejoró la mecanización del tejido le quemaron la casa. Y lo mismo le pasó a James Hargreaves, que inventó una mejora revolucionaria en el hilado.
Existen a lo largo de la historia algunos ejemplos de innovaciones que no vieron la luz e inventores que se presentaron ante el emperador o rey de turno y que directamente terminaron muertos y sus inventos enterrados. Ejemplos curiosos hay muchos y variados ( los que están documentados). Por eso la capacidad de asimilar innovaciones y avances en todos los campos está directamente relacionada con las instituciones y el funcionamiento interno de los países.

martes, 2 de febrero de 2016

La niña con zapatitos nuevos

Entró en la zapatería acompañada por su madre y por su tío. Juntó los dos pies y de un salto enérgico sorteó el pequeño escalón que la separaba de la tienda. Continuó con una pequeña coreografía mientras canturreaba algún tipo de canción. Con sus ojos inquietos recorría todas las estanterías que allí había, se quedó sorprendida por la gran cantidad y variedad de zapatos y colores. Durante el desayuno su madre le había dado la buena noticia: "luego vamo a ir a comprarte lo sapatito, eh?!". Con la boca llena de comida abrió exageradamente los ojos y ahogó una enorme expresión de satisfacción. La madre sonrió al ver la reacción. Pero la niña jamás imaginó que en aquella tienda hubiera tanta cantidad de zapatos. Su coreografía fue disminuyendo en intensidad en cuanto fijó su atención en los primeros detallitos que la rodeaban.
- Che; no balla a toca, eh?! . - Le dijo la madre entrando en la tienda. La niña retiró inmediatamente la mano mientras la joven dependienta la observaba con una sonrisa.
- Y ba a bení er tito?. - Preguntó con una sonrisa en cuanto se tragó lo que tenía en la boca.
- Yo creo que sí pero no es seguro, eh?!
La madre tenía la certeza que su hermano iba a venir porque se lo había dicho por teléfono. Pero era mejor ocultárselo hasta el final para evitar que le diese la murguita durante todo el mediodía.
La niña sonrió ante la perspectiva de pasar una tarde acompañada por su tío y encima comprando zapatos. Desde siempre lo había visto como a un compañero más de juegos, siempre andaba gastando bromas, haciendo tonterías y haciéndola reír. A pesar de ser físicamente muy grande y de ser un adulto, la mayor parte del tiempo no se comportaba como ella veía que se comportaban los adultos, y eso la fascinaba. Siempre era el primero en hacer algún comentario jocoso sobre alguna mierda de perro, o sobre alguna señora gorda, o unas bragas tiradas en mitad de la calle. En muchas ocasiones era ella misma la que lo buscaba si veía u oía algo que presuponía podría inducir a un chiste de su tío. Otra cosa que le encantaba de su tío era su atracción por los animales: si veía por la calle algún perro o algún gato siempre tenía algún comentario simpático o cariñoso. Y si alguno se le acercaba no dudaba en acariciarlo. Debido a todo esto durante un tiempo la niña estuvo detrás de la madre para que le comprase un perro, pero la cosa no llegó a fructificar.
- Hola, benimo pa be si tenei algo pa la niña. - Se dirigió la madre a la dependienta.
- Sí, mira, en aquel rincón tiene las cosita pa niño. Bení por aquí... Aquí, en este lado, tenéis todo lo sapatito pa ella- La dependienta se echó a un lado y permaneció inmóvil y con las manos en la espalda.
La niña ya había comenzado de nuevo su coreografía en mitad de la tienda mientras su madre y su tío repasaban por encima las hileras de zapatitos perfectamente colocados en las estanterías.
- Quieres bení pa ca....
-Qué grasioso el botín, qué chiquitito, parese un llabero...
La niña rio la ocurrencia de su tío al llegar.
-....o un pendiente, mira, me lo pongo aquí en la oreja...y mira qué bien me queda....
La niña reía mientras agarraba sin titubeos el zapato que quería.
- Este es, no?!. - Le preguntó la madre fingiendo seriedad. - No quieres otro?!
La niña respondió con un sí y a la segunda con un no de cabeza enérgico y con una amplia sonrisa. Y es que ya lo había visto en un catálogo antes de ir a la tienda, lo que hizo que su tío le gastara alguna que otra broma más.
- Éste se lo están llebando mucho...Le dijo la dependiente cuando le trajo del almacén uno de su número.
-Sí, hija, una amiguita de su clase...tiene también uno paresido...
-Qué chula son esta bota....
-Pero tito, son de muje....
-Qué son de muje? Y dónde pone éso?
Su tío agarró la bota marrón con flecos, parecidas a las que se ponían los indios americanos en las películas, y fingió buscar alguna etiqueta. La niña reía la ocurrencia y la simpleza de su tío mientras terminaba de calzarse el zapato con ayuda de su madre.
- Yo no beo que ponga nada de muje...Entonse la muje de la tienda no me la puede vender....o....Pue a mí me gusta. Y a be quién se ríe de mí...que le doy un...
La niña no paraba de reír ni caminando con los zapatos puestos ante los ojos de la madre y la dependienta.
- Y quién va impedí que me la llebe, eh?!. Bas a ser tú, eh?! Y qué bas ase,eh?! Dime, dime... El tío comenzó a darle con el dedo en los costados a la niña mientras la madre llegaba de pagar los zapatos cargando con una bolsa blanca en la que se podía leer el nombre de la tienda.
- Tito, ar finá no te has comprao las bota...
-Es que no tengo dinerito...otro díita me aserco y ya berás tú lo guapo que voy a está...
Los tres se marchaban ya de la tienda. La niña detuvo sus pasos, colocó de nuevo los pies juntos y aprovechando que la agarraba su tío por una mano dio un salto más largo que cuando entró.