Enciendo el televisor y veo con cierta inquietud que la cadena "enrollá" ha mandado a Sevilla un reportero de aspecto muy pintoresco. Está dando la entradilla desde la puerta cerrada de una antigua iglesia. Según parece, uno de los habituales a sus programas, alguien que mantienen en nómina con carácter de interinidad va a celebrar algo. Mis ligeros temores se hacen realidad cuando por fin oigo la primera frase: ....si viviera en Sevilla me acercaría a la iglesia.... Luego, toda una batería de estereotipos y gilipolleces que me dejan enmudecido. Contemplo ese ejercicio "periodístico" y de "debate" y me espanta que esa gente, esa manera de actuar, pueda llegar a tener algún tipo de influencia entre sus asiduos televidentes, que todo lo que digan desde una cuidadosa postura a la hora de sentarse en una silla, desde unas ropas de marca y horas de peluquería adquiera carácter de verdad inamovible y que todo ese proceder y palabras sean tomados como algo culto y con rigor.
Cada vez que alguno de sus interinos organiza algo en Sevilla - ciudad que según parece es una auténtica cantera para este tipo de negocios- utilizan el nombre de la ciudad, secuestran la realidad social de la ciudad, para amoldarla a sus propios intereses y naturaleza. Se oyen continuas frases del tipo ...por Sevilla corre un rumor... Sevilla es muy pequeña....En Sevilla se conoce todo el mundo..., que desvirtúan por completo el carácter y el verdadero tamaño de la ciudad. La reducen con sus palabras al valor infimo de un pueblucho chismoso donde todo el mundo está cortado por el mismo patrón . Es como si pretendieran hacer creer que "Sevilla" funciona y se maneja de la misma manera que ellos con sus negocios de chismorreos y prejuicios. Dan una imagen totalmente irreal y distorsionada de la ciudad y sus habitantes.
Sevilla es muy grande tanto en extensión, como en número de habitantes y, por supuesto, en historia. Se encuentra entre la cuarta o quinta ciudad de España en cuanto a número de habitantes, que suma 700.000, si se le suman los de los pueblos el número se duplicaría. Tiene el casco antiguo más extenso de Europa, superando al de Londres, por toda esa historia de que fue el puerto de indias, cuando lo del imperio, las colonias y todo eso. El pulso de la ciudad, el día a día, no lo marca el chismorreo de turno ni ningún friki televisivo. Y la vida de sus habitantes no gira alrededor de cualquier evento que celebre alguno de estos, que tendrá su círculo de amistades y conocidos, pero que no implica a "Sevilla entera", ni muchisimo menos. Entre
sus infinitos episodios históricos la ciudad fue muy conocida por su imprenta, que a su vez fue precursora de la primera imprenta que se estableció en América, en Ciudad de México, lo que dice mucho de su historia antigua.
Sevilla no es una calle en la que salen las marujas a tender la ropa mientras comentan la última jugada del personaje televisivo de turno como si lo conocieran de toda la vida. Sevilla es muy grande, tanto como las necesidades que la acucian en muchos aspectos. De entre los diez barrios más pobres de España, siete se encuentran en Sevilla, y el barrio más pobre se encuentra precisamente en esta ciudad, por ejemplo. Que todo hay que decirlo. Tal vez sí sea muy pequeño el circulo elitista y perfumado que esta gente suele frecuentar para hacer negocio a base de conocer la vida de unos y otros articulada en personalidades especialistas en egocentrismo y chismorreo. Un negocio muy rentable, que da pingües beneficios, que desplaza la auténtica realidad y que confiere con el barniz de la eminencia a cualquiera que aparece en televisión.
La información que llega a nuestras manos en forma de prensa escrita, es como una ventana abierta al mundo, como una ventana de papel, en la que es imprescindible asomarse de vez en cuando para calibrar aproximadamente el mundo que nos rodea. La democracia es un organismo vivo que necesita continuamente estar vigilado, y la minuciosidad en las noticias de carácter general así como el esfuerzo que tengamos que hacer a la hora de estar informados determinará la salud de la misma.
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