domingo, 13 de septiembre de 2015

EL JOVEN DE PELO RIZADO

Estoy hojeando despreocupadamente una de esas revistas del corazón, cuando me encuentro de repente con esa mirada ligeramente caída y ese enigmático gesto tan característico del chaval de pelo rizado. En esas fotos aparece acompañado por una chica más o menos de su misma edad, parecen ir hablando los dos, y en el pie de foto se podía leer que era su novia. Me quedo observando las fotos, pensando en la cantidad de horas utilizadas por ciertos medios de gente "enrollá" en destripar la vida del chaval: que si era simpatizante de podemos, que si había repetido muchas veces, que si los padres no podían con él y lo iban a meter en una escuela militar, que si le gustaban mucho las discotecas y las chicas, etc... Por supuesto todas estas indagaciones estaban amparadas en la libertad de expresión e información y en la remota posibilidad de que este chaval ocupara un gran cargo de responsabilidad en este país. En una de las fotos aparecía mirando directamente al fotógrafo mientras señalaba con su dedo el diploma que había conseguido. Pensando en todas las fotos que le habían hecho al chico en todos estos años y en todo lo que habían dicho sobre él, se me vino a la cabeza lo utópico que sería que editaran una revista que desgranara de la misma manera la vida de los políticos que pretendían dirigir nuestro país. Que nos pusieran al tanto qué había detrás de tanta palabrería, buenas intenciones y sonrisas y gestos perfectamente perfilados. Que contaran pormenorizadamente qué habían estudiado, si habían ido a la universidad, cómo se habían comportado públicamente, si habían hecho botellón y fastidiado por la noche a algún vecino, dónde habían vivido, qué vida habían llevado, quiénes fueron sus padres, dónde habían trabajado, cómo había conseguido los trabajos obtenidos, si eran de esos que iban a la universidad durante diez años porque les daba lo mismo sacarse la carrera en cinco o en diez porque tenían ya de antemano su futuro resuelto, etc... Y puesto también a seguir con la utopía pensaba en otra editorial que informara sobre quién o quiénes están detrás de las productoras televisivas. Quién o quiénes están detrás de ese sellito que sale cuando termina algún programa o serie de televisión. Gente, personas, innombrables que son los que hacen caja cada vez que nos sentamos frente al televisor, y que influyen en muchos aspectos políticos del país. Siempre me he preguntado, por ejemplo, sobre esos consejeros de canal sur que cobran mas que la presidenta de la junta, pero que no tienen ni rostro ni nombres, por ejemplo. Sería algo importante que ciertas utopías se fueran haciendo realidad en este país nuestro, por la libertad de expresión, información y por nuestro futuro.

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